Un rey humano gobierna sobre una nación para someter a las personas.
Jehová de los ejércitos gobierna sobre los corazones de los hombres y de esta forma gobierna sobre una nación.
Aceptar el gobierno de Dios es aceptar su autoridad. La gracia de Dios pero también su autoridad, muchos cristianos aceptan con agrado solo la gracia de Dios, pero ven con dificultad su autoridad.
Dios mostro con Adán su gracia y su autoridad.
Por su gracia Dios le perdono el pecado y hasta lo vistió cuando estaba desnudo. Génesis 3: 21 “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Pero a pesar que los vistió su autoridad lo llevo a echarlos del paraíso. V 24 “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”
La gracia de Dios hizo que no destruyera a la primera pareja. La autoridad de Dios hizo que ellos vivieran la consecuencia de sus actos y que ya no tuvieran la comodidad que antes tenían. V 19 “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
Aceptar la soberanía de Dios o el gobierno de Dios significa disfrutar de su gracia, pero atenernos a las consecuencias que genera su autoridad.
El gobierno de Dios en la iglesia se evidencia cuando:
1. La gente tenga ansiedad de llagar a congregarse sin necesidad de utilizar estrategias humanas que sirvan como gancho para llenar las iglesias. Miqueas 4: 1 “Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.”
2. El motivo para congregarse sea el hambre y la sed de aprender de la palabra de Dios, y el deseo vehemente de cumplir la ley de Jehová. V 2 “Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.”
¿Qué te motiva a congregarte? Los milagros. La costumbre. Las conferencias. El único motivo debería ser el aprender de la palabra de Dios
3. La gente anhele y acepte la soberanía de Dios. V 3 “Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.” Aceptar la soberanía de Dios es dejar que el gobierne sobre mi vida y la vida de mi familia.
4. La obediencia sea radical, sin importar las creencias o las costumbres de los demás pueblos, o del mundo. V 5 “Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.”
No importa si tu eres el uno por ciento de los que se someten a la ley de Dios, no importa si el 99 por ciento del resto de los que se llaman cristianos hacen lo contrario de lo que establece la ley de Dios, lo importante es que tu marques la diferencia.
No importa lo que eras o lo que todavía eres, si aceptas a Jesucristo en tu corazón. El gobernara sobre ti y tu vida cambiara. V 6-7 “En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; 4:7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.”
No importa que todos estén en contra toma la decisión de someterte a Dios. V 11 “Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion.”
Pronto sentirás el respaldo y el poder de Dios. V 13 “Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.”
Deja que Cristo señoree tu vida y tu vida cambiara